viernes, 20 de enero de 2012

Se rompió el velo

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Levitico 16:3-10 – Relata el Dia de la Expiación, en este dia el sumo sacerdote ofrecía sacrificios como una purificación del santuario, por los sacerdotes y por la nación (Lv. 16; 23:26-32; Nm. 29:7-11). Se guardaba el décimo día del séptimo mes por la suspensión de los trabajos diarios, por una santa convocación y por ayuno, el único ayuno prescrito por la Ley.
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Muchas veces pensamos que al entrar en la presencia de Dios debemos estar limpios, puros. Los pecados no nos permitirian entrar en la intimidad con el Rey. Nos sentimos impuros por causa de lo que hayamos cometido en algun momento de nuestra vida.
Es por esa razon que muchas personas consideran que Dios no podria ayudarlos, por que ellos se dicen malos, pecadores y sienten que no merecen estar delante de la presencia de Dios.
Siendo Hijos de Dios muchas veces nos sentimos asi, consideramos que nuestros errores nos alejan tanto de Dios que no buscamos estar mas en intimidad, dejamos de leer la palabra, no oramos y ya muchas veces nos pesa servir para Él. Ya los domingos se hacen monotonos, sentimos que estar en la iglesia y recibir de Dios es para quienes estan puros.

En la palabra de Dios dice en Mateo 15.38 “Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”, la rasgadura del velo significaba que esa distancia, esa barrera, existente entre Dios y el hombre se habia ROTO, ya no estaba mas.
Entonces muchas veces nos seguimos apegando a la ley, consideramos que solo los puros pueden recibir, solo los que no pecan estan habilitados para orar, para leer la palabra, para entrar en intimidad, para habitar en su presencia.
Cuando pecamos nos escondemos entre hojas, como Adan y Eva, hojas que simbolizan la creación de un velo que separe a mi como SER PECAMINOSO de un Dios tan Santo y Puro.
Cantares 1:6  2:14 y 4:3 Muestran que nosotros nos escondemos por vergüenza detrás de un velo y quien quiere vernos es nuestro amado, el quiere ver lo que hay detrás del velo.

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